GENEROSIDAD DE CORAZÓN Evangelio domingo 10 de noviembre 2024.

GENEROSIDAD DE CORAZÓN       

Evangelio domingo 10 de noviembre 2024

Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué

“Jesús se había sentado frente a las alcancías del Templo, y podía ver cómo la gente echaba dinero para el tesoro; pasaban ricos, y daban mucho. Pero también se acercó una viuda pobre y echó do s moneditas de muy poco valor.
            Jesús entonces llamó a sus discípulos y les dijo: «Yo les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros.
            Pues todos han echado de lo que les sobraba, mientras ella ha dado desde su pobreza; no tenía más, y dio todos sus recursos.» Marcos 12, 41-44.
 
            Una religión desde la humildad y la sencillez de corazón. Así se imagina el Maestro de Nazareth a su futura Iglesia, la vivencia de la fe, una Iglesia con esencia sinodal, donde todos sean hermanos, caminen en la misma dirección, busquen el mismo objetivo: Alaben y bendecir a Dios con sus propias vidas. Lo primero que se le ocurre al Maestro es llamar la atención sobre algunos que viven su religión para beneficio personal y lo segundo, es aprender a ser generosos con Dios y con su Iglesia, en el sentido completo de la palabra.
 
            Lo primero, el llamado de atención: El Maestro no está de acuerdo con aquellos que comportan como los escribas. Buscan la apariencia en la religión, el reconocimiento de las demás personas, las reverencias especiales, los trajes elegantes, fingen y por medio de la oración, obtienen el dinero de los demás. Lastimosamente con el tiempo, los escribas se apoderaron de la interpretación legalista y una piedad de apariencia. Los primeros escribas si cumplieron su misión:
 
Por ejemplo, Esdras, era un hombre versado en la ley. (Esdras 7, 6). Los primeros Escribas pertenecían a la clase de los sacerdotes y los levitas. (Esdras 7, 12, Nehemías 8, 7 II Crónicas 34, 14). Los escribas se aferran al ritualismo, a los sacrificios, y cambiaron el rumbo de una verdadera religión.
 
            Lo segundo, Jesucristo propone una religión de la humildad, de la generosidad, de la no apariencia, de la entrega y el buen ejemplo para los demás. Una viuda se convierte en ese maravilloso ejemplo. Mientras que para unas personas puede ser muy importante lo que vean los demás en su vida de fe, para una viuda lo más esencial es dar con generosidad y sin esperar nada a cambio. Solo para la gloria de Dios.
 
La religión que enseña Jesucristo es: “Quien desee ser el primero que le sirva a los demás” (Marcos 9, 35). “El Hijo de Dios no tiene dónde reclinar la cabeza” (Mateo 8, 20). La sal es buena, pero si pierde su sabor, con qué la salarán” (Marcos 9, 50).
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https://youtu.be/EhVcez9qB20