3 de noviembre de 2024

El Reino de Dios se opone a la jerarquía de poderes. Evangelio lunes 4 de noviembre 2024


EL REINO DE DIOS SE OPONE A LA JERARQUÍA DE PODERES  
Evangelio lunes 4 de noviembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Jesús dijo al que lo había invitado: “Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.
 
            Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!” Lucas 14, 12-14
 
            La generosidad de corazón contrapone las reglas sociales que en el fondo discriminan a las personas. Para el Hijo de Dios es más importante servir, dar con generosidad, tener en cuenta a todas las personas, no clasificar las personas. No caer en la tentación social de que el primero es el más importante, el que está por encima de los demás, las personas hay que atenderlas de acuerdo a su importancia.
 
El Reino de Dios se opone a toda jerarquía de poderes. Para Dios hay más alegría en dar que en recibir. (Hechos 20, 35).
 
            El valor de una persona no depende del papel que desempeña, de su éxito, su trabajo o su dinero, sino del servicio que ha prestado a sus semejantes. Así lo enseña el Papa Francisco. La grandeza y el éxito se miden por el servicio. Seguir a Jesús implica recorrer el camino que él mismo trazó en cuanto al servicio, pero servir no sólo como un gesto de cortesía, sino con convicción y entrega, para sentir entonces la presencia de Dios: 

servir a los que no tienen nada que devolvernos, los pobres, abrazando sus dificultades y necesidades con tierna compasión: ahí descubrimos que a su vez somos amados y abrazados por Dios.” (cfr. Ángelus, 20 de septiembre, 2021).  
 
            San Pablo define muy bien el ser de Dios que se convierte en un excelente ejemplo para quienes somos personas de fe. Dice el apóstol: ¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero?
 
 ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. (Romanos 11, 33-36). la Gracia de Dios es la bondad y la generosidad de la salvación que Dios ofrece para quien desee recibirla. Esa gracia es vida, es paz, es libertad, es perdón, es eternidad. En la mente de Dios prima su misericordia por salvar el mundo.
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https://youtu.be/KcmzwNDDPrk