15 de diciembre de 2024

LA AUTORIDAD NO SE IMPONE, SE GANA Evangelio lunes 16 de diciembre 2024


LA AUTORIDAD NO SE IMPONE, SE GANA.     Evangelio lunes 16 de diciembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?”            Jesús les respondió: “Yo también quiero hacerles una pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo o de los hombres?” Ellos se hacían este razonamiento: “Si respondemos: «Del cielo», Él nos dirá: «Entonces, ¿por qué no le creyeron?» Y si decimos: «De los hombres», debemos temer a la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta”.
 
            Por eso respondieron a Jesús: “No sabemos”. Él, por su parte, les respondió: “Entonces Yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto”. Mateo 21, 23-27.
 
            La autoridad no se impone, se gana. Para que una persona pueda gozar de buena autoridad en medio de su comunidad, es importante que combine lo que dice con lo que hace. Los sumos sacerdotes, los ancianos del pueblo, los fariseos, no daban ejemplo de todo aquello que anunciaban.
 
El momento se vuelve incómodo para los grupos de funcionarios y religiosos, que estaban perdiendo credibilidad en el pueblo, porque mucha gente admiraba a Jesús de Nazareth. Decían “Tiene autoridad, habla con autoridad, no como los maestros de la ley” (Marcos 1, 21).
 
            Teológicamente hablando, Dios enseñó la autoridad con una serie de compromisos: “Dios quiere que los hijos honren y obedezcan a sus padres” (Eclesiástico 3, 2). Los judíos se maravillaban de Jesucristo, pues enseñaba con autoridad. (Marcos 1, 27). Dios es el origen de toda autoridad. Es el principio de la autoridad en el universo. Toda autoridad depende de Dios.  
 
            Toda la obra de la creación muestra la autoridad de Dios. Al creador se le ocurrió proponerle a la humanidad unas normas de comportamiento, que darían la autoridad a cada persona en su vida moral y espiritual. Esas normas son los mandamientos. (Éxodo 20, 1-17). Dios envió a su hijo para Salvar y le dio autoridad para que cumpla su misión. (Juan 5, 27). Los creyentes debemos respetar la autoridad: “Dad al César lo que es del César” (Mateo 22, 21).
 
Quienes tengan autoridad en la Iglesia Católica no deben imponerse sino ser ejemplo para los demás. (cfr. 1 Pedro 5, 2-3). Quien desee tener autoridad, que se ponga a servirle a los demás. El Hijo de Dios afirma: “Los reyes de las naciones se creen los dueños y oprimen. No debe ser así entre ustedes”. (Lucas 22, 25-26).
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https://youtu.be/RC3VCo_gDBo