8 de diciembre de 2024

SANAR, PERDONAR Y SALVAR ES PROPIO DE JESUCRISTO Evangelio lunes 9 de diciembre 2024


SANAR, PERDONAR Y SALVAR ES PROPIO DE JESUCRISTO           
Evangelio lunes 9 de diciembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para sanar. Llegaron entonces unas personas trayendo a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para ponerlo delante de Jesús.
            Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron por entre las tejas con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús.
 
            Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados”.
Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: “¿Quién es éste que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?” Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: “¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: «Tus pecados están perdonados», o «Levántate y camina»? °°° Lucas 5, 17-26 
 
            Sanar y perdonar es la manera práctica como se puede vivir la fe que debemos anunciar a los demás. Jesucristo desea enseñarnos los grandes beneficios que tiene la fe vivida desde la práctica de la caridad y el amor fraterno. Las ocasiones de milagro en la vida de Jesús tienen una razón de ser: La salvación del hombre, la liberación de la persona, la conversión, el testimonio.
 
No se sana por sanar, no se sana por impactar o llamar la atención. Dios sana porque tú crees en Él, en su poder y en su misericordia y porque comienzas una vida nueva que va a servir de ejemplo para los demás.
 
            La sanación es una gracia de Dios que se convierte en perdón; el perdón es sanación. La verdadera sanación de alguien es la ausencia de pecado en su vida. Es el esfuerzo continuo y permanente de no ofender a su Dios. El que se sana, ha entendido el poder de Dios.
 
 La persona que recibe la sanación de Dios, necesariamente se convierte en un discípulo misionero de lo que ha recibido. El Maestro dice: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”. (Lucas 5, 24). Una buena enseñanza es la siguiente: Cuando vivimos nuestra fe con amor, perdón y misericordia le hacemos mucho bien a la comunidad que confía en nosotros.
 
            San Juan Pablo II nos permite comprender que “Los milagros, prodigios y señales” de Cristo están en función de la revelación de Él como Mesías, de Él como Hijo de Dios: de Él, que, solo, tiene el poder de liberar al hombre del pecado y de la muerte, de Él que verdaderamente es el Salvador del mundo. (cfr. Audiencia, 25 de noviembre, 1987).
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https://youtu.be/oLhkWjIKLMo