2 de diciembre de 2024

LA EXPERIENCIA DE LA MISIÓN Evangelio martes 3 de diciembre 2024


LA EXPERIENCIA DE LA MISIÓN         Evangelio martes 3 de diciembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Al regresar los setenta y dos discípulos de su misión, Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños.
 
Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
 
            Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: “¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”. Lucas 10, 21-24
 
            Pensemos en los efectos que produce la experiencia que tiene cada persona a medida que va cumpliendo la misión que el Maestro le encomendó. Todo lo que realizamos en nuestras vidas, tiene su efecto, tiene sus comentarios, provoca madurez y experiencia, se abre el compartir lo que se ha vivido. El Hijo de Dios aprovecha que el grupo grande de discípulos regresa de su misión, los acoge, da gracias a Dios y los invita a pensar es algo que debe permanecer después de cada misión.
 
            Lo primero es la oración. Jesucristo da gracias al Padre celestial por la misión que cumplen con tanto atino los humildes y sencillos de corazón. La oración siempre debe acompañar la vida cristiana, la misión, los proyectos pastorales, los retos que los misioneros deseen emprender. Jesucristo ora por sí mismo y encomienda su misión a la obra de su Padre celestial. (cfr. Juan 17, 1).
 
Jesucristo ora por sus seguidores y pide que el Padre Dios los guarde en su misión. (cfr. Juan 17, 6). Jesucristo pide protección para sus seguidores. Que el Padre celestial los libre del maligno. (cfr. Juan 17, 15). 
 
            Lo segundo es la alegría. Esta actitud siempre debe acompañar la misión. El Papa Francisco nos enseña que: La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera. La experimentan los setenta y dos discípulos, que regresan de la misión llenos de gozo (cf. Lucas 10, 17).
 
La vive Jesús, que se estremece de gozo en el Espíritu Santo y alaba al Padre porque su revelación alcanza a los pobres y pequeñitos (cf. Lucas 10, 21). (cfr. Exhortación Evangelii Gaudium, 21). Lo tercero, es la formación continua de todos aquellos que cumplen con su misión. Jesucristo estuvo pendiente de la formación de sus apóstoles, desde que los llamó, hasta el momento de la crucifixión y les envió el Espíritu Santo para que siguieran recibiendo la sabiduría de Dios. (cfr. Juan 20, 21-23).
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https://youtu.be/y-zTotYFuP4