PERMITAN QUE EL ESPÍRITU
SANTO, HABLE POR USTEDES
Evangelio jueves 26 de diciembre
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a
sus apóstoles: "Cuídense de la gente, porque los llevarán a los
tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y
reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la
forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir.
Pues no serán ustedes los que
hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano
entregará al hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán
contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero
el que persevere hasta el fin se salvará". Mateo 10, 17-22.
Seguir
y mantenerse fiel en los caminos de Dios, implica estar atentos, diligentes,
no detener la marcha, dejarse guiar más por el Espíritu de Dios y menos por
creer que yo tengo la solución. El
Maestro de Nazareth recomienda: “No serán ustedes los que hablen, sino el
Espíritu de Dios”. (Mateo 10, 20).
El primer mártir
en la historia de nuestra Iglesia Católica, san Esteban. Habló, predicó y
anunció el mensaje de su Maestro. Lo hizo fiel y prudentemente. Ante la
persecución lo primero que se le ocurrió al santo fue no dejarse llevar por el
temor, al contrario, pronunció su famoso discurso. (cfr. Hechos de los
apóstoles 7, 1-60).
San
Esteban antes de morir, defendiendo lo que creía y la Palabra que había
anunciado, gracias al Espíritu de Dios, les enseña sintéticamente la historia
de la salvación, a quienes pretendían terminar con su vida. El santo inicia
contando la historia de Abraham quien obedeció a Dios y cumplió su misión fuera
de su tierra. (cfr. Hechos 7, 2-6).
Les
recordó la misión de José quien soportó la envidia de sus hermanos. (cfr.
Hechos 7, 12-19) Llega el momento de Moisés, poderoso en palabras y en obras.
(Hechos 7, 20-44). David agradó a Dios (Hechos 7, 46). Salomón le edificó un
templo a Dios. (Hechos 7, 47).
El santo
les recuerda a los judíos que son un pueblo de cabeza dura y se resisten al
Espíritu Santo. (Hechos 7, 51). Los perseguidores de san Esteban se
llenaron de ira y se lanzaron contra él. El santo terminó su misión diciendo:
“Señor Jesús recibe mi espíritu”. (cfr. Hechos 7, 57-60).
El
apóstol san Pablo recomienda: “Caminen según el espíritu y no realizarán los
deseos de la carne. Los frutos del espíritu son: la alegría, la paz, la
comprensión, la bondad, la fidelidad. Si vivimos según el Espíritu dejémonos
guiar por el Espíritu” (Gálatas 5, 16-26).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ
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https://youtu.be/P7XqqYE9zng