28 de diciembre de 2024

LOS NUEVOS HERODES Padre Mario García Isaza.


28 de diciembre 2024. LOS NUEVOS HERODES …. Autor: Padre Mario García Isaza, cm. Formador Seminario Mayor Arquidiócesis de Ibagué. Correo del autor: magarisaz@hotmail.com 
Estamos celebrando la fiesta de los santos Inocentes. Nos recuerda el Evangelio la matanza atroz de los pequeñines que fueron asesinados inmisericordemente por orden del tiranuelo enloquecido. Y, por supuesto, no habrá nadie tan insensato que piense que ese infanticidio masivo no fue un crimen abominable.
 
Y sin embargo… hoy existen nuevos Herodes, infinitamente más perversos que el que gobernaba la Galilea, que ordenan asesinar, con métodos inocultablemente más crueles aún que los que pudieron emplearon los esbirros en Belén y sus alrededores,  a miles y miles de inocentes seres humanos; los de hace más de dos mil años, arrebataron a los bebés de los brazos de sus madres aterrorizadas; los de hoy los descuartizan o envenenan dentro del santuario mismo del vientre materno en el que viven y crecen, o los sacan de allí para matarlos luego….
 
            Son los nuevos Herodes: los abortistas todos: los gobiernos que permiten o promueven ese homicidio, los que lo practican, actuando directa o indirectamente en el crimen; los legisladores que pretenden imponerlo; las instituciones judiciales, cualesquiera que ellas sean, que, enmascarando su pecado con nombres eufemísticos arteros, no solamente pretenden darle un carácter de legalidad al infanticidio, sino que llegan a asignarle la categoría de un derecho.
Y, ¡horror!, hoy sí existen quienes niegan que esa monstruosa abominación sea un crimen execrable.
 
            ¿Cuántos fueron los inocentes eliminados por orden de Herodes? No lo sabemos. ¿Cien…doscientos quizá?... Pero algo sí sabemos acerca de la magnitud del crimen cometido por los Herodes de hoy: según datos de la OMS, “cada año se realizan 73 millones de abortos en el mundo”. Y desde ese mismo organismo, y desde la ONU, y con el aval y el apoyo de organizaciones y personas perversas, - Planned Parenthood, Georges Soros, Rockefeller, la IPPF (Federación Internacional de Planificación Familiar), algunas Cortes, Profamilia, y la Supersalud y la Corte Constitucional entre nosotros…y un buen etcétera – se busca que esa horripilante cifra siga creciendo.
 
En los últimos días hubo algo que, en medio de este panorama moralmente tenebroso, brinda sin embargo un pequeño consuelo; la CIDH (Corte Internacional de Derechos Humanos), en sentencia emitida el 20 de diciembre, declaró oficialmente, a propósito de un sonado caso, que “no existe el derecho al aborto en el Sistema Americano de Derechos Humanos”. Es una declaración de trascendental importancia, y que debe tener consecuencias enormes de aquí en adelante en los planteamientos que se hagan en relación con el crimen del aborto.
 
Por supuesto, los grandes medios de comunicación no le han dado resonancia alguna a ese documento. En un sesudo cometario de Débora Rainieri, aparecido en La Linterna Azul el 24 de diciembre, leo:” Sin lugar a dudas habrá un antes y un después del caso Beatriz (así se conoce el que fue fallado por la CIDH), descartándose de modo claro toda posibilidad de establecer el aborto como un “derecho” compatible con el sistema de derechos humanos”.
 
La vida del ser humano se inicia desde el momento la concepción. “Aceptar el hecho de que tras la fertilización un nuevo ser humano ha comenzado a existir, - declaró el profesor Jérome Lejeune, profesor de Genética fundamental en la Universidad de París- no es una cuestión de opinión. Es una evidencia experimental… El feto es un ser humano.
 
            Genéticamente está completo. Esto no es un parecer, es un hecho”. Toda vida humana es sagrada. Solo Dios es dueño de la vida. El de la vida es el primero y fundamental derecho de todo ser humano. Nadie puede arrogarse el derecho de disponer de una vida. Todo asesinato es un crimen repudiable y un pecado ante Dios y ante los hombres. Son, todas estas, verdades axiomáticas, cuyo desconocimiento equivale a la negación de la ley natural. Siempre es preciso, y nos hace bien, recordar la doctrina invariable, absolutamente clara e incontrovertible de la Iglesia en relación con el aborto.
 
Bástenos en este momento recordar esta enseñanza, tomada del CEC (Catecismo de la Iglesia Católica), y que sintetiza cabalmente lo que en innúmeros documentos la misma Iglesia nos inculca y manda: “La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde su concepción…Desde el siglo primero la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado…Esta enseñanza…no ha cambiado… permanece invariable… 

La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave… El derecho inalienable de todo ser humano inocente a la vida es un elemento constitutivo de la sociedad y de su legislación ( CEC, 2270-2273)
En esta fiesta de los santos Inocentes, y cuando estamos conmemorando a Jesucristo, hecho hombre en las entrañas de la Virgen Madre, sigamos pidiendo a Dios por los niños no nacidos, y porque se respete y proteja su derecho a vivir, a soñar y a ser amados. Una y mil veces: ¡Sí a la vida, no al aborto!