UN BUEN CREYENTE, SE APOYA
EN SU FE. Evangelio lunes 2 de diciembre
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Al entrar en
Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace
en casa paralítico con terribles sufrimientos». Le dijo Jesús: «Yo iré a
curarle». Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi
techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un
subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y
va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y
lo hace». Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os
aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo
que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham,
Isaac y Jacob en el reino de los Cielos.” Mateo 8, 5-11
¿Qué
significa propiamente una persona de fe?
Pregunta que puede tener una multiplicidad de respuestas. Un centurión
romano era una persona decisiva en la organización militar romana. Según la
historia, los centuriones se elegían por su valentía, lealtad, carácter, y
destreza. La Escritura nos permite saber sobre alguien que supervisaba la
crucifixión de Jesús, era un centurión. (cfr. Mateo 27, 54).
Otro centurión
exclamó al pie de la Cruz: Verdaderamente este era hijo de Dios. (Marcos 15,
39). Existió un centurión llamado Cornelio que se distinguió por ser una
persona piadosa, caritativa, de oración. (Hechos 10, 1-5).
Un
centurión por su ser y por su personalidad, es propuesto como una persona de fe.
El Hijo de Dios se admira de este hombre, que llega a la conclusión, que no
conoce en ese momento una persona con tantos rasgos de lo que significa
propiamente alguien de fe. Una persona de fe es alguien sale a buscar a Dios. Una vez que lo encuentra se presenta tal cual es. Lo primero que se le ocurre es pensar en
los demás. Tiene una mentalidad bastante altruista. Muestra caridad y
misericordia por los demás.
Lo segundo, es tan conocedor de la
fe que cuenta con la virtud de la
humildad y sencillez de corazón. No
se cree digno de que el Maestro entre a su casa. Lo tercero, es tan grande
y limpia su fe, que solo le basta que el
Maestro diga de Palabra lo que él desea. Lo cuarto, Jesucristo lo propone
como ejemplo de fe, a alguien que, siendo tan grande para una sociedad, es tan
humilde, tan caritativo, tan altruista. Una excelente persona de fe.
El
Papa Francisco nos enseña: El creyente aprende a verse a sí mismo a partir de
la fe que profesa: la figura de Cristo es el espejo en el que descubre su
propia imagen realizada. Y como Cristo abraza en sí a todos los creyentes, que
forman su cuerpo, el cristiano se comprende a sí mismo dentro de este cuerpo”.
(Encíclica, Lumen Fidei, 22).
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https://youtu.be/8v0FGqXTCZs