LA INJUSTICIA CLAMA AL
CIELO Evangelio sábado 28 de diciembre
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Después de la
partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le
dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí
hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó de noche al niño y a su
madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de
Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del
Profeta: “Desde Egipto llamé a mi hijo”.
Al verse engañado por los magos,
Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los
niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían
indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías:
“En Ramá se oyó
una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere
que la consuelen, porque ya no existen”. Mateo 2, 13-18.
La
injusticia clama al cielo. Preguntémonos, ¿cuántos pecados cometemos contra la
justicia? Definamos qué es pecado. La
raíz del pecado está en el corazón del hombre, en su libre voluntad, según
la enseñanza del Señor: “De dentro del corazón salen las intenciones malas,
asesinatos, adulterios, fornicaciones. robos, falsos testimonios, injurias.
Esto es lo que hace impuro al hombre” (Mateo 15, 19-20) (Catecismo Iglesia
Católica, 1853).
Nuestro
Catecismo Católico nos enseña que existen “pecados que claman al cielo”.
Ellos son: la sangre de Abel (cfr. Génesis 4, 10); el pecado de los sodomitas
(cfr. Génesis 18, 20; 19, 13); el clamor del pueblo oprimido en Egipto (cfr Éxodo
3, 7-10); el lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano (cfr Éxodo 22,
20-22); la injusticia para con el asalariado (cfr Deuteronomio 24, 14-15;
Jueces 5, 4). (Catecismo, 1867).
El
rey Herodes el grande cometió un pecado denominado contra la razón. Es ese
tipo de pecado que lesiona la naturaleza del ser humano y atenta contra la
solidaridad. (cfr. Catecismo, 1872). El rey ordenó matar a niños menos de dos
años, por temor que su poder sería desplazado por la venida del Mesías.
El
Papa Francisco nos invita a pensar en la cantidad de personas que son como el
rey Herodes. Un hombre despiadado que, para resolver los problemas, tenía
una sola receta: matar, convirtiéndose en el símbolo de muchos tiranos, de
quienes solo buscan el poder.