MARTES SANTO 15 de abril 2025
Nuestra Iglesia Católica no enseña que el martes es el día de la controversia.
“El camino del siervo es pedir perdón cuando resbala o cae.
Judas decide entregar a su maestro. Pedro llora amargamente.”
(Papa Francisco)
ENSEÑANZAS QUE NOS REGALA EL MARTES SANTO
El mayor deseo de Dios es que seamos luz para las demás personas. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra. (Isaías 49, 1-6)
La grandeza del reino de Dios no es el poder según el mundo, sino el amor de Dios, un amor capaz de alcanzar y restaurar todas las cosas. (cfr. Juan 13, 21-33)
Evangelio martes 15 de abril 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
““Jesús, estando en la mesa con sus discípulos, se estremeció y manifestó claramente: “Les aseguro que uno de ustedes me entregará”. Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería. Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús. Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: “Pregúntale a quién se refiere”. Él se reclinó sobre Jesús y le preguntó: “Señor, ¿quién es?”
Jesús le respondió: “Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato”.
Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: “Realiza pronto lo que tienes que hacer”. Juan 13, 21-33. 36-38.
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/0YPF4nMC3Vk
ESPERANZA Y FIDELIDAD
Dios guarda las esperanzas en nosotros
Que seamos fieles hasta el final
Jubileo Año 2025
Detengamos nuestro pensamiento en este tercer día de nuestra Semana Santa, para pensar en la importancia de la Esperanza como virtud, unida a la fidelidad como valor fundamental de la integridad de una persona. Desde el mismo momento de la creación hasta nuestros días, Dios ha tenido la Esperanza que la fidelidad sea para nosotros un principio, un valor, una gracia, fundamental para relacionarnos con Dios,
para
no cambiar a Dios, para no dejar a Dios, para no engañar a Dios, para
retribuirle a Dios tantas gracias y bondades con nuestra fidelidad. Judas
Iscariote no pudo ser fiel a su Maestro.
El Papa Francisco nos enseña varios modelos en el ser, en el actuar y en el decidir de Dios para con nosotros. Dios es fiel a su Palabra y a su promesa. Dios no secansa de trabajar, de insistir, es la fidelidad de la gratuidad. La fidelidad de Dios es extremadamente paciente.
La fidelidad de Dios es una
fidelidad paciente: tiene paciencia con su pueblo, lo escucha, lo guía, le
explica lentamente y calienta su corazón, como lo hizo con estos dos
discípulos que se alejaban de Jerusalén: conforta sus corazones para que
vuelvan a casa (cf. Lucas 24, 32-33). La fidelidad de Dios es lo que no
sabemos: qué pasó en ese diálogo, pero es el Dios generoso que buscó a Pedro,
el que lo negó.
El Papa Francisco nos enseña varios modelos en el ser, en el actuar y en el decidir de Dios para con nosotros. Dios es fiel a su Palabra y a su promesa. Dios no secansa de trabajar, de insistir, es la fidelidad de la gratuidad. La fidelidad de Dios es extremadamente paciente.
Dios que es fiel a su palabra, que
es fiel a su promesa, que camina con su pueblo llevando a cabo la promesa al
lado de su pueblo. Fiel a la promesa: Dios, que continuamente se hace sentir
como el Salvador del pueblo porque es fiel a la promesa. Dios, que es capaz
de re-hacer las cosas, de re-crear, como lo hizo con este paralítico de
nacimiento al que re-creó sus pies, lo sanó (cf. Hechos 3, 6-8), el Dios que
cura, el Dios que siempre trae consuelo a su pueblo.
Un Dios que va adelante y que no
se cansa de trabajar, para llevar al pueblo adelante, y no tiene miedo de
“cansarse”, digamos así... Como aquel pastor que cuando llega a casa se da
cuenta de que le falta una oveja y va, vuelve a buscar la oveja que se ha
perdido (cf. Mateo 18, 12-14). El pastor que trabaja horas extras, pero por
amor, por fidelidad.
La fidelidad de Dios siempre nos
precede y nuestra fidelidad es siempre la respuesta a esa fidelidad que nos
precede. Es el Dios que siempre nos precede. Y la flor del almendro, en
primavera: florece primero. Ser fiel es alabar esta fidelidad, ser fiel a esta
fidelidad. Es una respuesta a esta fidelidad. (cfr. Homilía, 15 de abril,
2020).