Evangelio jueves 24 de abril 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les
preguntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas?
Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo”.
Una buena prueba de la resurrección
es que se cumplen en la persona de Jesucristo, la ley de Moisés, los profetas y
los salmos. (Lucas 24, 44). Quienes se dejan llevar por el espíritu del
resucitado obedecen el programa de su Maestro.
La resurrección tiene su
antesala: El Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y
en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos
los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto”. °°°
(Lucas 24, 35-48). Las apariciones de
Cristo marcan y encaminan la vida de aquellos que recibieron por primera vez el
Kerygma y se convirtieron en testigos de la resurrección.
La fe de la Iglesia se basa en el
testimonio de los apóstoles; para nosotros los católicos es definitivo
entender, lo que ellos vieron, creyeron y anunciaron.
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https://youtu.be/vF5iJY6vVNk
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo”.
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y
la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les
preguntó: “¿Tienen aquí algo para comer?” Ellos le presentaron un trozo de
pescado asado; Él lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo:
“Cuando todavía estaba con ustedes, Yo les decía: Es necesario que se cumpla
todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los
Salmos”. °°° Lucas 24, 35-48.
Nos convertimos en testigos de la
resurrección de Cristo. El mayor deseo del maestro de Nazareth es que todos
los que tengan la experiencia de la importancia de la resurrección sean
comunicadores de ese excelente misterio. Se supone que la resurrección disipa
toda clase de dudas, propone una Iglesia de la Esperanza en Jesucristo. Si no
somos o vivimos según la resurrección de Cristo, “vana sería nuestra fe”. (1
Corintios 15, 14).
La prueba es que Pedro el primero de los apóstoles, insiste en su
predicación diciendo: A este
Jesús, a quien vosotros matasteis clavándolo en la Cruz por mano de los impíos…
a éste, Dios lo resucitó, de lo cual todos nosotros somos testigos (Hechos 2,
23-32).
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