EL VIERNES SANTO 18 de abril 2025
Concentramos nuestra atención, en la pasión, en el dolor y el sufrimiento.
“La verdadera omnipotencia de Dios, “es la impotencia total del Calvario”. De hecho, se necesita "poco poder para lucirse", pero "se necesita mucho, para dejarse de lado, para borrarse.” Cardenal Raniero Cantalamessa.
29 de marzo, 2024ENSEÑANZAS QUE NOS REGALA EL VIERNES SANTO
Jesucristo asumió todos los dolores de la humanidad. Redimió nuestros pecados, nos abrió caminos de salvación. “Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado.” (cfr. Isaías 52, 13)
Cristo es el sumo sacerdote en medio de nosotros. “ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado. Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia.” (cfr. Hebreos 4, 14-16).
La muerte tiene razón de ser cuando embarga la salvación, la vida con Dios. El dolor se transforma en gloria y esperanza (cfr. Juan 18, 1-19, 42)
Evangelio viernes 18 de abril 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había en ese lugar un huerto y allí entró con ellos. Judas, el traidor, también conocía el lugar porque Jesús y sus discípulos se reunían allí con frecuencia. Entonces Judas, al frente de un destacamento de soldados y de los guardias designados por los sumos sacerdotes y los fariseos, llegó allí con faroles, antorchas y armas.
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https://youtu.be/d0g0euIaQmM
EL DOLOR Y LA ESPERANZA
“La esperanza no es una negación
del dolor y de la muerte”
Jubileo Año 2025
Nos ubicamos en el sexto día ante la celebración de nuestra Semana Santa. Hoy detenemos nuestro pensamiento en el dolor humano, el dolor espiritual, el dolor del alma, el dolor que necesitamos una explicación y la Esperanza como virtud que nos enseña a entender en dolor en aras del éxito, la superación, el alcance de nuestras vidas.
El Papa Francisco nos permite comprender la relación entre dolor y Esperanza. Dice el santo Padre: La Esperanza en medio del sufrimiento conduce a Dios”. El papa destaca tres momentos específicos que suceden cuando el dolor encuentra a la Esperanza. Ellos son: “Encuentro, don y compartir”
La enfermedad entonces se
convierte en ocasión de un encuentro que nos transforma; en el hallazgo de una
roca inquebrantable a la que podemos aferrarnos para afrontar las
tempestades de la vida; una experiencia que, incluso en el sacrificio, nos
vuelve más fuertes, porque nos hace más conscientes de que no estamos solos.
Por eso se dice que el dolor lleva siempre consigo un misterio de salvación,
porque hace experimentar el consuelo que viene de Dios de forma cercana y real,
hasta «conocer la plenitud del Evangelio con todas sus promesas y su vida»
Por lo demás, sólo en la resurrección de Cristo nuestros destinos
encuentran su lugar en el horizonte infinito de la eternidad. Sólo de su
Pascua nos viene la certeza de que nada, «ni la muerte ni la vida, ni los
ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes
espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá
separarnos jamás del amor de Dios» (Romanos 8, 38-39).