EL PRINCIPIO ES CREER PARA VIVIR EL CRISTIANISMO
Evangelio domingo 27 de abril 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Al atardecer de aquel
día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las
puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en
medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las
manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió,
también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el
Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a
quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando
vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les
contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en
el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». °°° Juan
20, 19-31.
Creer es obligatorio, para poder
cumplir con la misión. Hombres y mujeres creyeron en el resucitado. La
resurrección es el acontecimiento máximo de nuestra fe católica. Crea una serie
de impactos para todos aquellos que quisieran entenderla y vivirla. El
principio es creer; si no se cuenta con la base, todo el misterio de Cristo, de
su Iglesia, de sus promesas, de la eternidad, del perdón; seguirá siendo tema
de discusión
La resurrección impacta
fuertemente en la mente, en el corazón, en la vida social, en el futuro de la
historia; crea unos espacios que nos enriquecen tanto, que fortifican a
tantas familias creyentes. La resurrección trae consigo los dones y las Gracias
de Dios para la nueva vida del mundo: Aparece la paz como un Gracia de Dios y
responsabilidad nuestra de cultivarla “Paz a vosotros”. Se inicia una misión,
hombres y mujeres somos enviados a proclamar ese mensaje de reconciliación y
unidad “Así como el Padre me ha enviado, así os envío yo”.
Esto nos pone a pensar
en la posibilidad de que la fe precede a la inteligencia. La fe que lleva a la
inteligencia es la que San Agustín llama "la creencia en Dios", que
consiste en unir el amor y la fe. Ir a Dios por la fe es incorporarse a Él y a
sus miembros, es decir, al prójimo, por la caridad.
https://youtu.be/JxvdwXpYltg