DOMINGO DE RESURRECCIÓN 20 de abril 2025
Cristo ha resucitado, vive en medio de nosotros. Nos convertimos en peregrinos de la Esperanza, anunciando el mensaje del resucitado.
“Jesucristo ha resucitado, y sólo Él es capaz de quitar las piedras
que cierran el camino hacia la vida.Más aún, Él mismo, el Viviente, es el Camino;
el Camino de la vida, de la paz, de la reconciliación, de la fraternidad.”
Papa Francisco. 31 de marzo, 2024
Jesucristo nos encomendó predicar su Palabra, dando testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. (cfr. Hechos 10, 34ª. 37-43)
Quienes resucitan con Cristo, aspiran siempre a los bienes de arriba, no a los de la tierra. (cfr. Colosenses 3, 1-4).
Galilea, se irá constituyendo progresivamente en el lugar del discipulado y de la misión iluminados por el fulgor de la pascua de Jesús. (cfr. Lucas 24, 13-35).
Evangelio domingo 20 de abril 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Él les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?»
Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le
respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que
estos días han pasado en ella?» Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras
delante de Dios y de todo el pueblo.” Lucas 24, 13-35.
Jesucristo anuncia un mundo nuevo
con su propia pasión, muerte y resurrección. Decía el Maestro: “Después de
mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea” (Marcos 14, 28). Y este,
efectivamente, será el último pensamiento: “Irá delante de vosotros a Galilea;
allí le veréis, como os dijo” (Marcos 16, 7). Galilea, se irá constituyendo
progresivamente en el lugar del discipulado y de la misión iluminados por el
fulgor de la pascua de Jesús.
El Papa Francisco nos recuerda que la Resurrección de Jesús, el centro
del mensaje cristiano, que resonó desde el principio y que ha sido transmitido
para que llegara hasta nosotros.
San Pablo escribe a los cristianos de Corinto: “Les he trasmitido en primer
lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la
Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura.
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK
https://youtu.be/trJFP77P2dU
Obedientes a la
propuesta del Papa Francisco, reflexionaremos cada día de la Semana Mayor un
tema sobre la virtud de la Esperanza. Hoy domingo de resurrección pensamos en
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LA RESURRECCIÓN Y LA ESPERANZA
“Cristo resucitado es nuestra Esperanza”
Jubileo Año 2025
El Papa Francisco enseña: Cristo
Resucitado, nuestra esperanza, así como lo presenta san Pablo en la Primera
Carta a los Corintios (cfr. cap. 15). El cristianismo nace de aquí. No es
una ideología, no es un sistema filosófico, sino que es un camino de fe que
parte de un acontecimiento, testimoniado por los primeros discípulos de Jesús. Jesús
ha muerto por nuestros pecados, fue sepultado, y el tercer día resucitó y se
apareció a Pedro y a los Doce (cfr. 1 Corintios 15, 3-5). Este es el hecho:
murió, fue sepultado, resucitó y se apareció. Es decir, ¡Jesús está vivo! Este
es el núcleo del mensaje cristiano.
El cristianismo es la búsqueda de
Dios respecto a nosotros. Jesús nos ha tomado, nos ha agarrado, nos ha
conquistado para no dejarnos más. El cristianismo es gracia, es sorpresa, y
por este motivo presupone un corazón capaz de estupor. Un corazón racionalista
es incapaz del estupor, y no puede entender qué es el cristianismo. Porque el
cristianismo es gracia, y la gracia solamente se percibe, y aún más se
encuentra en el estupor del encuentro. Jesucristo es nuestra máxima Esperanza.
(cfr. Audiencia, 19 de abril, 2017).
Tener firme en la cabeza como un
yelmo, sobre todo en las pruebas y en los momentos más difíciles de nuestra
vida, “la esperanza de la salvación”. Es un yelmo. Esta es la esperanza
cristiana. Cuando se habla de esperanza, podemos ser llevados a entenderla
según la acepción común del término, es decir en referencia a algo bonito que
deseamos, pero que puede realizarse o no. Esperamos que suceda, es como un deseo.
La esperanza cristiana no es así. La esperanza cristiana es la espera de
algo que ya se ha cumplido; está la puerta allí, y yo espero llegar a la puerta. ¿Qué tengo que hacer? ¡Caminar hacia la
puerta! Estoy seguro de que llegaré a la puerta. Así es la esperanza cristiana:
tener la certeza de que yo estoy en camino hacia algo que es, no que yo quiero
que sea. (cfr. Audiencia, 1 de febrero, 2017).