27 de febrero de 2025

El divorcio no está en los planes de Dios Evangelio viernes 28 de febrero 2025


EL DIVORCIO NO ESTÁ EN LOS PLANES DE DIOS                                     
Evangelio viernes 28 de febrero 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de Él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más.
Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?”.
 
            Él les respondió: “¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?” Ellos dijeron: “Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella”.
 
            Entonces Jesús les respondió: “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, ‘Dios los hizo varón y mujer’. ‘Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne’.
            De manera que ya no son dos, ‘sino una sola carne’. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido” °°° Marcos 10, 1-12.
 
            La dureza de corazón le impide al ser humano cumplir con la voluntad de Dios, cumplir con su propio proyecto de vida, cumplir con lo que compromete, cumplir con su misma palabra, cumplir con los mayores deseos que tenía en su vida.
            Cuando pensamos en la dureza de corazón, estamos frente a una situación irregular, frente a unos sentimientos demasiado egoístas, frente a la inmadurez en la personalidad. El salmo 95 de la Sagrada Escritura propone “no endurecer el corazón” A muchas personas les cuesta adorar a Dios y someterse al Plan de Dios. Hubo varios momentos en que los israelitas se rebelaron contra Dios.
 
            El llamado de Dios siempre ha sido a que la persona no cambie ni manipule el plan divino, el proyecto de vida que Él trazó para hombres y mujeres. Su insistencia será: “Escuchen mi voz, no endurezcan el corazón” (Hebreos 3, 7-11).
 
            Jesucristo propone la igualdad en la pareja humana, hombre y mujer. Quien dañó el proyecto divino fue el hombre que entró a repudiar a la mujer. El divorcio no está en los planes de Dios. El Hijo de Dios insiste en los sentimientos nobles del Padre celestial al crear al hombre y a la mujer, donde plantea un matrimonio indisoluble. (cfr. Mateo 5, 32).  El divorcio causa un desorden en la vida familiar.
 
            San Juan Pablo II recordaba “hay diferencia entre los que sinceramente se han esforzado por salvar el primer matrimonio y han sido abandonados del todo injustamente, y los que por culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido.” (Exhortación apostólica, Familiaris Consortio, 84b). Otro caso es la nulidad matrimonial.
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