Evangelio lunes 10 de febrero 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Y dondequiera que entraba, en
pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían
que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban sanos.”
Marcos 6, 53-56.
La
presencia del Hijo de Dios en medio de la comunidad provoca un impacto. Lo
primero es la alegría de la comunidad al saber que está presente Aquel que
tiene lo que desea la comunidad. Es Dios mismo que contempla el dolor humano.
Lo segundo, El Hijo de Dios evangeliza
desde la caridad y la misericordia con las demás personas.
Lo tercero,
se cumple lo que ha enseñado la historia de la salvación: La fe exige plena confianza en Dios. Abraham es un excelente modelo
de aquella persona que le creyó a Dios y Dios lo tuvo en cuenta para su justificación.
(cfr. Génesis 15, 6). “Los que lograban tocar la orla del manto del Maestro,
quedaban sanos”.
A medida que Jesucristo va visitando
las comunidades, anunciando el Reino de su Padre celestial, conociendo las
familias y sus circunstancias, la comunidad
es la primera beneficiada con el Reino propuesto por Jesús, se forma y se
construye el ambiente comunitario con la Palabra y el testimonio. Somos el
resultado de una Palabra que se encarnó en nuestros corazones y sentimientos y
nos permitió llamarnos hermanos, comunidad, Iglesia, Reino.
El
Maestro anuncia el Reino de su Padre, lo hace desde la caridad y la
misericordia. (cfr. Marcos 1, 34). Jesucristo sabe lo que hace y cómo hacerlo.
Restaura la vida de las personas y las convierte en ejemplo y servicio para los
demás. El amor, el servicio y la caridad son principios fundamentales para
vivir y anunciar el Reino que Jesús de Nazareth nos enseñó. “Lo mismo que yo he
hecho con ustedes, háganlo también ustedes con sus hermanos”. (Juan 13, 15).
La
fe juega un papel importantísimo en la misión, en el conocimiento del Maestro,
en la recepción de las gracias que proporciona Dios. Todo depende de la fe
de cada persona. El Maestro dirá: “Que se haga con ustedes conforme a su fe”
(Mateo 9, 29)
El Papa
Benedicto XVI enseñaba: La fe es un
confiado entregarse a un «Tú» que es Dios, quien me da una certeza
distinta, pero no menos sólida que la que me llega del cálculo exacto o de la
ciencia.” (cfr. Audiencia, 24 de octubre, 2012).
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