Evangelio jueves 13 de febrero 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús
partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que
nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya
hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies. Esta
mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su
hija al demonio.
Él le respondió: «Deja que antes se
sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los
cachorros». Pero ella le respondió: «Es verdad, Señor, pero los cachorros,
debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos».
Entonces él le dijo: «A causa de lo
que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija». Ella regresó a su
casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.” Marcos
7, 24-30.
La
perseverancia, la insistencia, el convencimiento de la fe y el no darse por
derrotado, permiten que una persona logre la superación personal, la
sanación, la santidad de vida, interceder por la necesidad de otra persona.
El Padre Royo Marín, un excelente
ministro de Dios, dominico, en la orden de los predicadores, teólogo y
moralista define: “La perseverancia es
una virtud que inclina a persistir en el ejercicio del bien a pesar de la
molestia que su prolongación nos ocasione”.
La experiencia eclesiástica en el
campo de la teología moral, ha demostrado que las personas llegan a ser
virtuosas cuando piensan y deciden de acuerdo a la recta razón. Existe una buena
clasificación de las virtudes de acuerdo al campo y las necesidades de cada
persona.
También existe una constante: “Todas las virtudes necesitan de la
perseverancia, de la tenacidad, de la insistencia, del sacrificio, de creer
firmemente lo que se quiere y lo que se desea alcanzar.”. Según el Evangelio la
mujer Sirofenicia gozaba de una excelente perseverancia. El Maestro de Nazareth
le responde: “El demonio ha salido de tu hija”. (Marcos 7, 29).
La
Sagrada Escritura recomienda ser perseverantes en cumplir con la voluntad de
Dios para poder recibir las promesas divinas. (Hechos 10, 37). “No se
cansen de hacer el bien, habrá cosecha, si no se dan por vencidos.” (Gálatas 6,
9).
El
Papa Francisco define: “Perseverar es permanecer constantes en el bien,
especialmente cuando la realidad circundante empuja a hacer otra cosa”. “si
perseveramos -nos recuerda Jesús- no tenemos nada que temer, ni siquiera en los
acontecimientos tristes y difíciles de la vida, ni siquiera en el mal que vemos
a nuestro alrededor, porque permanecemos anclados en el bien”. (cfr. Ángelus,
13 de noviembre, 2022).
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