25 de julio de 2024

LA HUMILDAD ES LA BASE DE LA VIDA CRISTIANA Evangelio viernes 26 de julio 2024


LA HUMILDAD ES LA BASE DE LA VIDA CRISTIANA                                     
Evangelio viernes 26 de julio 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a sus discípulos: Felices los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.” Mateo 13, 16-17
 
            El gran secreto para conocer el misterio de Dios, para discernir en torno a la Palabra de Dios, para ser un buen comunicador del mensaje de Dios, es la humilde.  Dios se vale de los pequeños, de los humildes, de los sencillos, para dar a conocer su llamado a la Salvación. Así pues, que el objetivo no es tanto ser un versado en la Palabra de Dios, sino que dicha persona debe gozar de la grandeza del corazón, la humildad del alma y la sencillez en su manera de ser. 
 
            Razón tiene el Papa Francisco cuando afirma: Es la pequeñez la que lleva a la magnanimidad, porque nos permite ir más allá de nosotros mismos. El Espíritu siempre elige a los pequeños, porque no puede entrar en los grandes, en los orgullosos, en los autosuficientes. El verdadero pastor, el buen misionero, el buen comunicador, debe ser una persona humilde. Cuando no lo logra, es un director de oficina, es un administrador de una Iglesia, pero no es un pastor.
            Se debe tener cuidado cuando se asume la pequeñez en la vida de la fe. No se puede confundir con la pusilanimidad. Cuando la persona no asume bien su humildad, puede carecer de ánimo y valor para tomar decisiones. Ser pequeño no es sinónimo de ser pusilánime. (cfr. Homilía, Papa Francisco, 26 de julio, 2022).
 
            Quien cree en Dios, quien cultiva su fe, quien educa su fe, quien se dispone desde la humildad a dejarse guiar por el Espíritu de Dios, necesariamente sabe la respuesta indicada, en el momento preciso. No hay lugar a la duda, no hay lugar a la espera, la palabra brota de un corazón lleno de la Gracia del Señor.  El humilde sabe escuchar, sabe decidir, sabe esperar, se deja guiar fácilmente por el Espíritu de su Señor.
 
            Santo Tomás de Aquino, brillante teólogo, filósofo y jurista católico, enseñaba: la virtud de la humildad consiste en mantenerse dentro de los propios términos sin llegar a lo que está sobre sí, estando, en cambio, sometido a lo superior. la humildad del Hombre Dios es la más grande humildad, pues soportó las bajezas que convenía padeciera para salvar a los hombres, porque los hombres, inducidos por la soberbia, eran amadores de la gloria mundana.
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