11 de julio de 2024

LA PRUDENCIA CUALIFICA NUESTRA MISIÓN Evangelio viernes 12 de julio 2024


LA PRUDENCIA, CUALIFICA NUESTRA MISIÓN                                      Evangelio viernes 12 de julio 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a sus apóstoles: Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.
            Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los pagan os.
 
            Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.
            El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.” °°° Mateo 10, 16-23.
 
            Toda misión embarga momentos difíciles. El Maestro advierte la persecución, la envida, el odio, la calumnia. La persecución estará en aquellos que no desean perder sus propios privilegios. Se supone que debemos pensar en una alternativa que no lastime la misión. Derrotar el mal no es fácil. El Hijo de Dios propone la prudencia, la sabiduría, la inteligencia como debemos tomar las decisiones.
 
            Pensemos en algunas máximas bíblicas: “Sean prudentes” “Sean sencillos” (Mateo 10, 16). “Cuídense mucho de las demás personas” (Mateo 10, 17). “Aprendan de mí que soy paciente y humilde de corazón” (Mateo 11, 29). “Quien se mantenga firme hasta el final se salvará” (Mateo 24, 13). “Amen a sus enemigos y oren por sus perseguidores” (Mateo 5, 44).
 
            La teología moral en nuestra Iglesia Católica, enseña la función de las virtudes para vivir una buena vida cristiana. Para cumplir bien la misión. La persona virtuosa debe aprender la recomendación sabia de la Escritura: “Hay que obedecer a Dios, antes que a los hombres” (Hechos 4, 19-20). La prudencia como virtud perfecciona la inteligencia en la valoración ética de las acciones que realizamos.
 
            San Juan Pablo II nos recuerda que: Prudente no es, por tanto, el que sabe arreglárselas en la vida y sacar de ella el mayor provecho; sino quien acierta a edificar la vida toda según la voz de la conciencia recta y según las exigencias de la moral justa.
 
De este modo la prudencia viene a ser la clave para que cada uno realice la tarea fundamental que ha recibido de Dios. Esta tarea es la perfección del hombre mismo. Dios ha dado a cada uno su humanidad. Es necesario que nosotros respondamos a esta tarea programándola como se debe. (cfr. Audiencia, 25 de octubre, 1978).
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