QUIEN HABLA A TÍTULO PERSONAL,
NO HACE LA VOLUNTAD DE DIOS Evangelio martes 23 de julio 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Jesús le respondió: “¿Quién es mi
madre y quiénes son mis hermanos?” Y señalando con la mano a sus discípulos,
agregó: “Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad
de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”.
Mateo 12, 46-50.
La
familia del salvador del mundo está compuesta por hombres y mujeres que han
tenido una experiencia de Dios, han meditado su Palabra, conocen los
criterios que desea el Maestro para la misión. Existe algo que los une a todos
en la misión: Se trata de hacer la voluntad de Dios. Es cierto que no es fácil, porque cada
persona cree tener la razón. A otras personas les parece que la misión de puede
hacer de otra forma. Hay personas muy perezosas para la misión. Otros en la
misión y reclaman privilegios. En fin, hacer
la voluntad de Dios es el gran reto.
El bautismo es un sacramento que nos
pide entender que todos somos la misma Iglesia, somos hermanos, caminamos según
la ley de Dios. Hacemos la voluntad de Dios.
todos los bautizados creemos y vivimos según el mandato de Dios. Jesucristo
explica, por qué hacer la voluntad tiene su razón de ser.
Dice el
Evangelista: Los judíos admirados decían. ¿cómo puede conocer las Escrituras
sin haber tenido maestro? Jesús respondió. Mi doctrina no viene de mí, sino del
que me ha enviado. El que haga la voluntad de Dios conocerá si mi doctrina
viene de él o hablo por cuenta propia. (Juan 7, 15-17)
Pensemos en lo contrario. A una
persona se le ocurre creer que tiene la razón y hace su propio capricho. El
Evangelista le recordará: El que habla
en nombre propio, busca su propia gloria. Pero el que busca la gloria del
que lo ha enviado, ese es un hombre sin maldad y que dice la verdad. (Juan 7,
18).
El
salmo 143 en la Escritura es una exclamación orante pidiendo al buen Dios que
nos enseñe a hacer su voluntad, que nos dejemos guiar por el Espíritu de
Dios. Que sea Dios, quien nos guie por el buen camino. El Papa Francisco
recomienda conocer la voluntad de Dios, cumplir la voluntad de Dios, seguir
adelante con la voluntad de Dios. (cfr. Homilía, 27 de enero, 2015).
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