Evangelio martes 16 de julio 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús
comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros,
porque no se habían convertido. “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida!
Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en
Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose
con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que
serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque
si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún
existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será
tratada menos rigurosamente que tú”. Mateo 11, 20-24
Hoy
pensamos en una de las advocaciones más universales. Se trata de Nuestra Señora
del Carmen o Santa María del monte Carmelo. Los historiadores nos permiten
saber que: Fue en el monte Carmelo, ubicado cerca de Jerusalén, la Ciudad
Santa, donde los profetas Elías y Eliseo se establecieron para vivir
consagrados a la oración de intercesión por el Pueblo escogido. Y fue en ese
mismo monte donde, a mediados del siglo XII d.C., San Bartolo construyó la
ermita que congregaría a decenas de sacerdotes de la Iglesia latina quienes se
trasladaron allí y empezaron una vida como eremitas, en soledad y silencio.
También
en el siglo XIII, el Papa Inocencio IV concedió a los carmelitas el privilegio
de ser incluidos entre las órdenes mendicantes, junto a franciscanos y
dominicos. Eso significó un cambio muy grande para la Orden, que, por lo demás,
sería reformada siglos más tarde por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la
Cruz (siglo XVI).
La
Santísima Virgen María desde un primer momento ha estado en el corazón de todos
los creyentes, en todos los tiempos, en todos los momentos. La advocación del
Carmelo y el Escapulario, han concedido cantidad de bondades y gracias en los
creyentes.
Cuatro
Papas se han destacado por su amor y devoción a nuestra señora del Carmelo:
El Beato Gregorio X, fue sepultado con el escapulario de la Virgen del Carmen.
El Papa Pío XII, promocionaba el uso del escapulario del Carmelo. San Juan
Pablo II, desde su juventud tuvo el buen hábito de llevar consigo el
escapulario mariano.
El Papa
francisco le prometió a la Virgen María que desde el año 1990 no volvería a ver
la Televisión. María se convierte en
modelo de fe, esperanza y caridad. María es el modelo perfecto de la vida
cristiana, es la Madre del sacrificio, del silencio, de la oración, de la
perfecta entrega, de la generosidad.
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