31 de julio de 2024

DIOS OFRECE SALVACIÓN DE ACUERDO A LA CONDUCTA Evangelio jueves 1 de agosto 2024


DIOS OFRECE SALVACIÓN DE ACUERDO A LA CONDUCTA
Evangelio jueves 1 de agosto 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los Cielos se parece a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
 
            Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. ¿Comprendieron todo esto?” “Sí”, le respondieron. Entonces agregó: “Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo”. Mateo 13, 47-53.
 
            En la personalidad del Maestro de Jerusalén existe el equilibrio entre lo que él anuncia, lo que hace y el resultado que espera como aprendizaje de cada uno de nosotros: Lo que él anuncia es el Reino de su Padre celestial, (cfr. Lucas 8, 1); lo que él hace es practicar la misericordia y la caridad con los demás, (cfr. Marcos 1, 34); el resultado de ese proceso es la conversión de cada persona que se pone al servicio de Dios en el mundo, (cfr. Marcos 1, 31).
 
            Jesucristo anuncia el Reino de la paz, de la justicia, del amor. El Reino de aquellos que han aprendido en su experiencia de fe, a hacer la voluntad de Dios. El Reino que explica en qué consistirá el fin en este mundo de toda persona y el Reino en la eternidad. El hermeneuta bíblico aclara: “Junto a los hijos del Reino se hallan también los hijos del maligno, los que realizan la iniquidad.” Los que vivan y se comporten de acuerdo al Reino, al final del tiempo, verán destruidas las potencias del mal.
 
            Dios es el dueño del juicio final. Dios es el único que sabe los criterios con los cuales se tomará la decisión de quiénes alcanzarán la salvación y quiénes no. Con justa razón asevera el evangelista: El hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y dará a cada uno conforme a su propia conducta. (Mateo 16, 27). Jesucristo ejercerá el juicio de Dios que es su propia gloria. (cfr. Mateo 25, 31).
 
            Nuestro Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña en qué consistirá el juicio a cada persona que sea llamada por Dios hacia la eternidad. “La muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo (cfr. 2 Timoteo 1, 9-10).
 
El Nuevo Testamento habla del juicio principalmente en la perspectiva del encuentro final con Cristo en su segunda venida; pero también asegura reiteradamente la existencia de la retribución inmediata después de la muerte de cada uno como consecuencia de sus obras y de su fe.”  Un buen ejemplo es la parábola del pobre Lázaro (cfr. Lucas 16, 22. (cfr. Catecismo, numerales 1020 – 1050). 
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